El sinuoso camino a la élite de Sannadi

Hace más o menos ocho-diez semanas no sabía quien era Maroan. Quizá había leído sobre él en este foro, pero confieso que no lo recuerdo. El caso es que sin saber muy bien cómo, empecé a leer sobre él y casualidades de la vida en mi trabajo, el hijo de uno de mis compañeros del trabajo había estado en la misma plantilla del filial alavesista. Recuerdo que se quedó sorprendido y me explicó que lo conocía muy bien. Que pese a tener un buen número de cualidades para destacar había tenido en muchos de los equipos, otros jugadores que parecían brillar más que él. Ojo, soy consciente de que es un recién llegado y que apenas ha jugado unos minutos, pero también soy consciente de lo otro, que cuesta mucho alcanzar la máxima categoría y hacer un debut tan ilusionante.

El caso es que me he ido quedando con detalles que me decía sobre él. Que estaba muy bien asesorado por su representante, que había tenido que sufrir los sinsabores de tener gente como Panichelli que eran más apreciados por el grupo técnico del club babazorro. No por nada en particular, simplemente porque ven desde Gasteiz que el tipo de jugador que tiene más proyección no era Maroan, al que seguramente también valorasen, pero al que les costó darles una oportunidad.

El caso es que jugadores como Sannadi, como Jauregizar e incluso Guruzeta que hace pocos años estaban, "peleandose" en el barro para ganarse una oportunidad tienen una resiliencia especial que les puede hacer más duros ante las adversidades. Dicho de otra manera, estos jugadores que no parecían destinados a ser las estrellas y su empeño les han hecho llegar, de momento, hasta la categoría más alta, mientras otros, no han llegado a tener dorsal.

Ojalá veamos que el nuevo jugador demuestre lo que siempre ha querido dar y siempre había tenido un freno.

p.d: Según mi compañero, con seis meses bajo la planificación física de los preparadores del Athletic, podemos llegar a ver una bestia aún mayor de la que se percibe. Crucemos los dedos, pero mientras tanto aplaudamos por el esfuerzo de alguien que no se ha rendido para cumplir su sueño.