Lo que te enamora de alguien...
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Registro: 08/10/2014
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Publicado ayer a las 23:21
Editado 1 veces - Última vez ayer a las 23:28
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es lo que te separa...
Un estadio es un espacio de confianza. El tipo de al lado puede ser un idiota o un sinvergüenza, pero un gol nuestro lo blanquea. Somos del mismo equipo, venga ese abrazo. En la calle volvemos a desconocernos, pero si le veo en peligro quizás le eche una mano porque nos une algo profundo. Algo que sirve a la felicidad o a la infelicidad y que crea un vínculo. Amigos de una misma emoción.
Esa confianza nace de una complicidad infantil, pero cierta. Todo por un escudo, un corazón de tela en donde habita la identidad; por un ídolo, que es el brujo carismático de la tribu del que esperamos la magia redentora; por unos valores que creemos únicos solo porque lo creemos. Los del otro equipo creen lo mismo, insoportable arrogancia y principal razón del odio que les tenemos. ¿Cómo sabemos lo que está bien y lo que está mal dentro de ese sistema de valores? Fácil: lo que está bien es todo lo que hacemos nosotros. Como buenos fanáticos buscamos razones sin fisuras. Por lo menos la pasión por un equipo es libre, no está sujeta a burocracia alguna, nadie te puede declarar apátrida [...]
Qué fuerte parece y, sin embargo, qué fácil se rompe.
[...]
Al sistema de lealtades del hincha hay que pedirle una sola cosa: en los malos momentos no abandones a los tuyos.
[...]
Veníamos de años extraordinarios en el sentido literal de la palabra: fuera de lo normal. Pero se desgastan los jugadores por el método de cumplir años y se desgasta el discurso, sea el que sea. El desgastador principal es el resultado, único dueño del fútbol mercantilizado y que, en tiempos de transición, se escapa de las manos.
[...]
Pero ahora mismo padece una vieja ley del amor:
lo que te enamora de alguien es precisamente lo que te separa
La gente lo acusa de aquello que le pedía.
No hablo de los odiadores digitales, sino del hincha clásico, de la voz de la calle. Todo apunta a [...]. Cuando pierde, a tenor de las preguntas que le hacen en rueda de prensa, solo falta que lo metan preso y, cuando gana, es el mismo preso al que liberan por buena conducta.
Lo podían haber escrito Jon, Nora y Luka. Adriana. Lo ha escrito su aita, en su columna el juego infinito
Y tiene vigencia.
https://youtu.be/eWQjS0oZeBY?t=387
Un estadio es un espacio de confianza. El tipo de al lado puede ser un idiota o un sinvergüenza, pero un gol nuestro lo blanquea. Somos del mismo equipo, venga ese abrazo. En la calle volvemos a desconocernos, pero si le veo en peligro quizás le eche una mano porque nos une algo profundo. Algo que sirve a la felicidad o a la infelicidad y que crea un vínculo. Amigos de una misma emoción.
Esa confianza nace de una complicidad infantil, pero cierta. Todo por un escudo, un corazón de tela en donde habita la identidad; por un ídolo, que es el brujo carismático de la tribu del que esperamos la magia redentora; por unos valores que creemos únicos solo porque lo creemos. Los del otro equipo creen lo mismo, insoportable arrogancia y principal razón del odio que les tenemos. ¿Cómo sabemos lo que está bien y lo que está mal dentro de ese sistema de valores? Fácil: lo que está bien es todo lo que hacemos nosotros. Como buenos fanáticos buscamos razones sin fisuras. Por lo menos la pasión por un equipo es libre, no está sujeta a burocracia alguna, nadie te puede declarar apátrida [...]
Qué fuerte parece y, sin embargo, qué fácil se rompe.
[...]
Al sistema de lealtades del hincha hay que pedirle una sola cosa: en los malos momentos no abandones a los tuyos.
[...]
Veníamos de años extraordinarios en el sentido literal de la palabra: fuera de lo normal. Pero se desgastan los jugadores por el método de cumplir años y se desgasta el discurso, sea el que sea. El desgastador principal es el resultado, único dueño del fútbol mercantilizado y que, en tiempos de transición, se escapa de las manos.
[...]
Pero ahora mismo padece una vieja ley del amor:
lo que te enamora de alguien es precisamente lo que te separa
La gente lo acusa de aquello que le pedía.
No hablo de los odiadores digitales, sino del hincha clásico, de la voz de la calle. Todo apunta a [...]. Cuando pierde, a tenor de las preguntas que le hacen en rueda de prensa, solo falta que lo metan preso y, cuando gana, es el mismo preso al que liberan por buena conducta.
Lo podían haber escrito Jon, Nora y Luka. Adriana. Lo ha escrito su aita, en su columna el juego infinito
Y tiene vigencia.
https://youtu.be/eWQjS0oZeBY?t=387
Respuestas al tema
Mostrando (1 - 2) de 2 respuestas
Respuesta #1
hace 2 horas y 44 minutos
hace 2 horas y 44 minutos
Valdano chorradas
Respuesta #2
hace 2 horas y 37 minutos
Editada hace 2 horas y 36 minutos
hace 2 horas y 37 minutos
Editada hace 2 horas y 36 minutos
Cita de AgureGordin:
Valdano chorradas
Estas tu para soltar esa frase de nadie