Un punto que sabe a poco
El Athletic acabó con temblores después de un partido en el que mereció desmontar a un Sevilla calamitoso en defensa

sábado, 08 de octubre de 2022 | Athletic Club
Redacción (BILBAO) | aupaAthletic.com
El Athletic ha dejado que el cadáver siguiera andando y casi lo ha pagado en el descuento de un partido en el que ha merecido sumar los tres puntos. Los rojiblancos han dominado a un Sevilla que solo ha estado a la altura en los 12 minutos iniciales y luego se ha esfumado en el Pizjuán, donde los hombres de Ernesto Valverde han perdonado la existencia a un zombie. Después de 21 remates, siete córners y un golazo de Vesga, que a la postre ha significado el empate, los bilbaínos han terminado temblando por una falta que le ha costado la roja directa a Ander Hererra –un mal despeje de Simón dio una última bala a los andaluces– y una revisión del VAR por si la acción había transcurrido en el área. No ha sido así, por lo que los vizcaínos han sumado un punto que sabe a muy poco visto el desarrollo de un encuentro que debió consignar la victoria a los de Txingurri. Eso sí, la falta de efectividad ha sido esta vez el talón de aquiles.
Los jugadores no habían roto a sudar cuando el Sevilla encontró el premio del gol. Una buena jugada por la derecha, iniciada por Papu Gómez y servida por Montiel, acabó en las botas de Dolberg, primero, y Óliver Torres, después, quien entró como un cuchillo en el área pequeña y fusiló a Unai Simón. Lekue quedó retratado en la acción, al igual que en otras combinaciones elaboradas posteriormente por los hispalenses en su zona de influencia. De hecho, casi todo el peligro del conjunto local venía por ahí, mientras que el lado izquierdo con Telles –obsesionado con Nico Williams– e Isco apenas daba señales de vida. El caso es que los rojiblancos encajaron muy pronto ante un rival hundido en la clasificación, calamitoso en defensa y puesto en manos de un hiperactivo Jorge Sampaoli, quien no daba crédito a la desastrosa salida del balón de su equipo.
Nada más marcar el 1-0, el Sevilla dispuso de una nueva ocasión para abrir brecha en el marcador. Si no lo ha hecho es porque Simón ha volado para desviar el remate de Papu Gómez. Los andaluces estaban en trance, con un Pizjuán entregado, y poco después ni Isco ni Nianzou llegaron para empujar un centro que llevaba carga explosiva. La efervescencia sevillista duró apenas 12 minutos y, a partir de allí, el globo de los de Sampaoli empezaba a perder aire. Lo malo es que el Athletic tampoco estaba para tirar cohetes, con Muniain y Sancet desaparecidos en el combate, y eso que en la defensa rival jugaban las hermanitas de la caridad. Los centrales Marcao y Nianzou están a años luz de Diego Carlos y Koundé, dos kamikazes disfrazados de futbolistas que cada vez que intentaban sacar el balón temblaba el banquillo local. Telles, cedido por United, sufría un mundo persiguiendo a Nico Williams, de lejos el argumento ofensivo más poderoso del Athletic.
Asedio rojiblanco
Los rojiblancos dispusieron de solo una ocasión clara en la primera parte. Berenguer se metió en el área y su disparo cruzado lo sacó con la yema de los dedos Dmitrovic. El Sevilla sobrevivía entre gruesos errores defensivos y chispas ofensivas, como la que encendió de nuevo Papu Gómez en el minuto 38. Tras un nuevo error de Lekue, el argentino se metió en el área, pero su remate lo salvó de nuevo Simón. Providencial. El Athletic acabó la primera parte en el área sevillista, pero sin apenas crear peligro y sin disparar con balas de verdad.
Tras el paso por los vestuarios, los hombres de Txingurri metieron una marcha más. El Sevilla seguía escondido en el agujero, tiritando de frío. En solo 12 minutos, los bilbaínos fabricaron cinco ocasiones y otros tantos remates. Sancet, Muniain (dos veces), Lekue y Nico Williams –este último dispuso de un caramelo que mandó fuera– intentaron batir a Dmitrovic sin éxito. Valverde movió el banquillo y desactivó a Sancet y a Dani García para dar entrada a Ander Herrera y Vesga. Pues bien, el mediocentro alavés abrió la lata con un zurdazo tras un defectuoso despeje de Gudelj. Envió la pelota ajustada al palo derecho, imposible para el portero serbio. Justicia en el Pizjuán. Y los vizcaínos continuaron empujando ante un rival que vivía de los contragolpes.
En el 80, Nico Williams tuvo el 1-2, pero su remate desde el corazón del área lo sacó con el pie Dmitrovic. Bombardeaba el Athletic, buscaba caminos, recovecos por los que meter su mejor fútbol. El Sevilla era un cadáver andante, cosido a su portería, pidiendo la hora. Iñaki Williams tuvo dos para matar –la de cabeza es difícil de digerir aún– y perdonó a los hispalenses. Lo intentó también Raúl García y no pudo. Y después de golpear tanto llegó el minuto de pánico en el descuento. Un mal despeje de Simón acabó con una falta al borde del área que costó roja a Herrera y revisión del VAR por si era penalti. No fue pena máxima. Lamela tiró y fue al córner. Luego Simón salvó los muebles ante Carmona. Ver para creer.
