El Athletic se suma a la fiesta con suspense al final
Los rojiblancos estrenan su casillero de victorias en la Liga con un gol de Berenguer ante un Valencia que ha tirado al palo en el minuto 95

domingo, 21 de agosto de 2022 | Athletic Club
Robert Basic | aupaAthletic.com
En plenas fiestas de Bilbao, con más de 43.000 espectadores en San Mamés, Álex Berenguer ha sido el encargado de lanzar el txupinazo y canjearlo por la primera victoria del equipo en la Liga. Los rojiblancos han trabajado su triunfo ante el Valencia y lo han sacado adelante con sudor, intensidad y fútbol, superiores a un rival que fiaba su suerte a jugadas aisladas y talento de sus individualidades, que se quedaron cortos de fantasía. Un bonito tanto del extremo navarro en la recta final de la primera parte ha bastado para tumbar a la tropa de Gattuso, que apunta maneras pero aún está excesivamente tierna. A los bilbaínos, liderados por un inspirado Muniain, les ha faltado cerrar el choque y casi lo pagan al final: en la última jugada del duelo, Marcos André se ha metido como un cuchillo en el área y ha rematado al palo. Susto monumental, que por fortuna solo se ha quedado en eso.
Valverde ha decidido mantener el bloque presentado ante el Mallorca y realizar un solo ajuste ante la visita del Valencia. Asier Villalibre se ha quedado en el banquillo y ha visto cómo Nico Williams se ha acomodado en la banda derecha, movimiento que ha provocado el desplazamiento de su hermano Iñaki desde el costado hacia el puesto de nueve. La nueva vida vuelve a parecerse un poco más a la vieja tras un conato de formular propuestas diferentes a las ya aplicadas. El búfalo carece de momento de la continuidad necesaria para demostrar en una amplia serie de partidos si es la solución que precisa el equipo en los metros de la verdad. Empezar como titular, desaparecer, intervenir en las segundas partes, recuperar el sitio y perderlo de nuevo no permite hacer una valoración objetiva del rendimiento del de Gernika, quien pide a gritos una batería de encuentros sin interrupciones para demostrar si trabaja con dinamita o purpurina. Le toca esperar.
El Athletic tenía la lección aprendida, pero el Valencia tampoco estuvo sin estudiar. Los dos funcionaban por impulsos, a latigazos, aunque los vizcaínos estaban más afilados. El partido ha podido cambiar pronto y caer del lado local si Berenguer hubiera acertado en su uno contra uno frente a Mamardashvili. Un buen pase de Muniain –activo y eléctrico ha estado el capitán, homenajeado en los prolegómenos por sus 500 encuentros cumplidos ante el Mallorca– dejó solo al navarro ante el meta rival, pero el de Barañain tiró al muñeco. El lamento de San Mamés se ha podido sentir hasta físicamente, temeroso de que la falta de puntería volviese a penalizar a los suyos. Tras el susto, los chés se han adueñado del balón y controlaban el choque. La lesión de Hugo Duro ha obligado a Gattuso a activar a Maxi, pero ha sido Samu Castillejo el que ha perdonado ante Simón tras una buena contra de los valencianistas. Ha rematado alto y perdonado la vida a los bilbaínos.
Los hombres de Valverde se sacudieron poco a poco el dominio visitante y volvieron a la carga. Cuando se cargaban de energía desconectaban al Valencia. Muniain movía bien al equipo, filtraba pases interesantes y no ralentizaba el juego, algo que agradeció el Athletic. Cuando parecía que se iba a llegar sin goles al descanso, Berenguer se redimió del fallo inicial y marcó un tanto de bella factura. Una pérdida valencianista llegó a las botas del navarro, quien ajustó el disparo y batió a Mamardashvili. La primera diana de la Liga de los rojiblancos sirvió para irse al descanso en ventaja y con la confianza reforzada.
Sin sentenciar
El Athletic siguió con el acelerador pisado tras salir de los vestuarios. Muniain ha probado suerte desde fuera del área con un remate que se ha ido fuera por poco. Tenía a su izquierda a Berenguer, pero el capitán ha buscado el premio del gol. El Valencia no existía, trataba de rebajar la ebullición rojiblanca con pases cortos y control de juego, pero no conseguía quitarse de encima al león. Solo faltaba otro zarpazo para cerrar el partido, ponerle el lazo y el botín de los tres puntos. Una inmensa carrera de Nico Williams pudo significar la tranquilidad, pero el extremo se la regaló a Paulista a la hora de la verdad. Samu Castillejo respondió con un tiro peligroso que Yeray desvió al córner. Todo seguía abierto.
San Mamés era una fiesta y el Athletic intentaba contribuir a la felicidad con otro gol y tranquilidad. Nico Williams puso de pie a la grada con un gol anulado por fuera de juego en el minuto 81. Su hermano le sirvió un fantástico pase que se quedó en nada por centímetros. No había manera. Y en el último suspiro apareció Marcos André con un remate al palo izquierdo de Simón. Silencio en San Mamés, que solo tardó un segundo en recuperar el color y la alegría.
