El Athletic se divierte en Cádiz y duerme en Europa
Los rojiblancos desmontan a los gaditanos con los goles de Iñaki Williams, Berenguer y un doblete de Guruzeta y pegan un estirón en la clasificación que les coloca quintos

lunes, 29 de agosto de 2022 | Athletic Club
ROBERT BASIC | aupaAthletic.com

El Athletic duerme en Europa con siete puntos, los mismos que tienen los inquilinos de la zona Champions. Y lo hace gracias a su solvente victoria de este lunes ante un inoperante Cádiz, blando y dadivoso, que ha brindado todas las facilidades del mundo para que los rojiblancos le clavaran una estaca en el corazón y sumaran los tres puntos gracias a los goles de Iñaki Williams, Berenguer y un doblete de Guruzeta. Han sido canjeados por un estirón en la clasificación y acomodo en los puestos europeos, objetivo que persigue el club tras cinco años de ausencia del escenario continental. Los bilbaínos se divirtieron, jugaron a placer y hasta perdonaron una goleada de escándalo porque fallaron un penalti y les fue anulado otro tanto –el de Sancet– por un fuera de juego posicional de De Marcos. Hasta pudo debutar Paredes en un duelo en el que los vizcaínos volvieron a mantener su portería a cero. Y ya van tres de tres.
Valverde calcó el dibujo y los nombres con los que abrió el partido ante el Valencia. Solo introdujo un cambio en Cádiz, obligado por la lesión de Yuri. Puso a Lekue en el lateral izquierdo, posición en la que el bilbaíno suele entrenar con bastante frecuencia. A Txingurri le encantó lo que vio hace una semana en San Mamés y decidió repetir la fórmula. Los rojiblancos no tuvieron problemas en hacerse con el partido ante un rival que más que un equipo parecía una cuadrilla de amigos apurando las últimas horas de la fiesta. Los locales no se cansaron de hacer regalos, incapaces de dar dos pases seguidos ni de definir lo que querían ser en un encuentro al que llegaban con dos derrotas y cero goles anotados. Lejos de dar un paso adelante, los de Sergio dieron tres atrás y facilitaron la vida a los bilbaínos.
Casi todo el peligro creado por el Athletic en la primera parte vino de errores ajenos. Nada más empezar, Berenguer botó una falta lateral que Negredo remató de cabeza y obligó a Conan a hacer un paradón. El meta voló para evitar el autogol del delantero. Los rojiblancos vivían tranquilos en el Nuevo Mirandilla, cómodos, dominadores absolutos de un choque en el que Vivian, Yeray y Simón bien podían echarse una siesta. Tuvieron menos trabajo que un vigilante de playa en enero. Daba hasta pena ver a un Cádiz perdido, incapaz de pensar una jugada, desnortado y afanado en poner la alfombra blanca a los vizcaínos hacia su portería. Lo intentaron una y otra vez y por fin lo consiguió Arzamenzia, quien filtró un gran pase en profundidad –un retro pase– a Iñaki Williams. Quiso dársela no se sabe muy bien a quién y el delantero sorteó bien la salida del meta argentino e hizo el 1-0.
Tampoco el gol en contra desperezó a los amarillos. Solo a la grada, que pedía la dimisión del presidente Vizcaíno. Entonces el árbitro señaló un penalti que solo vio él. Vesga puso un centro a Nico Williams y el pase del extremo pegó en la zona del pecho y la axila. Ortiz Arias señaló el punto de cal y el VAR no reclamó su atención. Pidió el balón el hermano mayor, pero Conan adivinó sus intenciones y detuvo la pena máxima. El delantero se llevó las manos a la cara, lamentándose por haber desperdiciado una magnífica ocasión de encarrilar el choque y firmar el doblete en poco más de diez minutos. El Athletic perdonó la vida a los andaluces y se fue al descanso con una ventaja corta por lo que se había visto en el 'verde'.
Estallido de Guruzeta
Tras el paso por los vestuarios, la mala noticia se manifestó en forma de lesión de Iñaki Williams. Se hizo daño en el tobillo derecho –fue en un duelo con Arzamendia– y tuvo que pedir el cambio. Contra todo pronóstico, Valverde apostó por Guruzeta antes de echar mano de Villalibre o Raúl García. Pues bien, el movimiento le dio un rendimiento extraordinario. Nada más saltar al terreno de juego, el delantero recibió un pase de Lekue y desde fuera del área soltó un zapatazo que Conan solo pudo acompañar con la mirada. El guipuzcoano estrenaba así su cuenta anotadora en Primera y la ampliaba en el descuento, con otra diana. Lo que se dice llegar y besar el santo. Fue el último clavo fijado en el ataúd del Cádiz.
Sancet había clavado antes otro, con un magnífico movimiento en el área y un remate que acabó con el balón en la red. Pero la tecnología y la interpretación arbitral han acabado por anular el tanto al entender que De Marcos, en fuera de juego milimétrico, había influido en la acción. Difícil de entender. En cualquier caso, el Athletic seguía compitiendo a placer ante un Cádiz con el encefalograma plano, un horror hecho equipo que da la sensación de improvisación, de estar poco trabajado y sin ideas. Los de Valverde no levantaron el pie del acelerador y Berenguer hizo el tercero tras un bonito taconazo de Nico Williams, quien ha hecho un muy buen partido. Hábil en la banda, rápido y asociativo, el navarro ha sido un azote en el ataque rojiblanco. Al final Guruzeta puso la guinda que significó el cuarto y su primer doblete en la élite.
