El Athletic gana un partido loco

Un penalti transformado por Berenguer en el minuto 98 da la victoria a los rojiblancos ante el Celta y les coloca a un punto de la Champions

sábado, 11 de noviembre de 2023 | Athletic Club

Robert Basic | aupaAthletic.com

No resulta fácil explicar el partido que ha hecho este viernes el Athletic ante el Celta. Habría que hacer memoria para recordar tanta anarquía rojiblanca, un caos defensivo de dimensiones bíblicas y una potencia brutal de fuego en los metros finales. San Mamés ha asistido a un encuentro roto, loco, con siete goles, dos bien anulados (a los visitantes), un penalti parado por Unai Simón a Aspas con el 3-3 en el marcador y otro transformado por Berenguer en el minuto 98 para dar el triunfo a los rojiblancos y ponerles a un punto de la Champions. La eficacia goleadora de los vizcaínos ha rescatado al equipo pese a su horrible rendimiento defensivo, de los peores que se recuerdan. Al final, los hombres de Ernesto Valverde se han hecho con el triunfo y se van al parón colocados en la planta noble de la clasificación.
Bastaba con ver a Valverde para validar la sensación generalizada de que el Celta le estaba dando un repasito al Athletic en los primeros minutos del partido. A los rojiblancos les costaba mover la pelota, les faltaba velocidad y la defensa tenía más agujeros que un queso Gruyere. Los vigueses, anclados en los puestos descenso y enfadados con el mundo y el arbitraje, salían con el balón jugado, combinaban y llegaban con cierta facilidad. Iago Aspas probó suerte desde su casa en Moaña en el minuto 10, pero su remate desde el campo propio se marchó fuera. Solo era un aviso. Luego apareció de la nada en el área y su disparó lo despejó bien Unai Simón. Los vizcaínos estaban instalados en la indecisión y un fútbol, lento y previsible, hasta que el choque saltó por los aires y se volvió loco. Un maravilla para el espectador, un tortura para los entrenadores.
El Celta seguía llegando y marcó por medio de Aspas, pero un fuera de juego previo de Larsen invalidó el tanto del gallego. Unos segundos después, el delantero se plantó solo ante Simón y optó por una picadita con su pierna mala, la derecha. Una ocasión inmejorable mandada al limbo. La defensa del Athletic estaba descosida y sus centrales, lentos, fuera de sitio, despistados. A la tercera fue la vencida y cristalizó en un golazo del '10' celeste. Ganó espacio a Paredes, le alejó como si fuera un peso pluma, se fue de él con facilidad y marcó desde fuera del área. La pelota dibujó una curva, pegó en el palo y entró. Era el primer tanto de Aspas en lo que va de Liga. El Athletic dio un paso al frente y su rival, uno atrás. El miedo, una sensación que se instala con facilidad en equipos heridos, se apoderó de los de Rafa Benítez. Los bilbaínos lo olieron y fueron a por ellos. Una buena internada de Nico Williams por la izquierda acabó en las botas de Sancet, solo en el área pequeña, quien batió a un calamitoso Guaita. El portero visitante era un flan con guantes.
Guruzeta, Simón y Berenguer
A San Mamés no le había dado tiempo de dejar de aplaudir cuando el Celta pegó otra vez. Un horror defensivo, una concatenación de errores, unos despejes infames terminaron en un tiro de Bamba que entró como un obús. Simón miraba y no daba crédito. A pesar de verse de nuevo por debajo en el marcador, el Athletic tenía la sensación de que con zarander solo un poco a los vigueses acabarían cayendo. Nico Williams era una pesadilla para Kevin Vázquez, quien no podía con el internacional. Así llegó el empate, en otra internada del pequeño de los hermanos. Guruzeta cazó el balón en el área y lo coló dentro con ayuda de un lamentable Guita. El empate llegó en el tiempo extra de la primera parte con un Benítez desesperado en la banda, poco después de que pidiera con gestos a sus hombres que se juntaran y aguantaran hasta el descanso.
Efectivamente, el Celta era un árbol maduro cuyos frutos caían con la más mínima sacudida. Nada más arancar la segunda mitad, el Athletic pegó con el mazo. Un mal despeje celeste llegó a Nico, cuyo remate paró bien Guaita pero el rechace llegó a un Guruzeta que solo tuvo que empujarla. Doblete para el donostiarra y su sexto tanto en la Liga. El menor de los Williams estaba haciendo un partidazo, literalmente lo que le daba la gana, rápido, vertical, profundo y suministrador incansable de pases de gol. Desaprovechó uno Sancet (m.60), quien recibió un caramelo en el corazón del área y lo mandó a la grada. Los de Benítez trataban de sobrevivir, pero no necesitaron mucho para volver a asustar. Larsen desnudó una vez más a la defensa bilbaína, pero su gol fue anulado por un ajustado fuera de juego. El segundo. El noruego ni se inmutó y en la siguente acción, en una contra que pilló en la ropa interior a los rojiblancos, marcó el empate a tres gracias a un regalo de Aspas. San Mamés asistía a un auténtico caos táctico y a una defensa que hacía aguas por todos lados.
Y continuaron los despropósitos. Solo cinco minutos después, otra jugada mal defendida acabó en penalti favorable al Celta. Un remate de Núñez le dio en el brazo a Guruzeta. El árbitro no lo vio, pero el VAR reclamó su presencia. Fue a la pantalla y decretó pena máxima. No había dudas. Aspas asumió la responsabilidad y se topó con un inmenso Simón, quien hizo un paradón y evitó el cuarto. Hubo más. El propio Aspas reclamó otros once metros por una barrida de Paredes, pero como el golpe llegó después del remate, Pulido Santana mandó seguir. No lo hizo en el tiempo añadido, en el minuto 98, cuando un balón le dio en la mano a Mingueza y señaló el punto de cal. Berenguer, quien había salido por Iñaki Williams, dio la victoria en un partido loco.