Una tarde para olvidar
El Athletic cae en un mal partido frente a un Betis que supo aprovechar sus ocasiones y la autoexpulsión de Nico Williams en la primera parte

domingo, 25 de febrero de 2024 | Athletic Club
Robert Basic | aupaAthletic.com
Tenía el Athletic la oportunidad de empatar con el Atlético en la cuarta plaza y apretar al máximo la lucha por la Champions. Tensar las costuras del selecto club al límite, pero este domingo ha vivido un mal día en la oficina. Debía imponerse a un Betis que venía de naufragar en la Conference y en lugar de ahondar en la depresión verdiblanca se inmoló en el Benito Villamarín. Pronto se le puso el choque cuesta arriba con los goles de Chimy Ávila y Yuri en propia puerta, pero fue la autoexpulsión de Nico Williams la que redujo a escombros sus escasas posibilidades de remontada. Y eso que el equipo tiró de orgullo y recortó diferencias con un bonito testarazo de Guruzeta, pero los andaluces sentenciaron en la segunda parte con un golazo de Johnny. Los rojiblancos jugaron un mal partido y lo pagaron con su segunda derrota en sus últimos 22 encuentros de Liga. Ahora solo tienen los ojos para la Copa y el choque del jueves, en el que buscarán validar su billete para La Cartuja.
No fluía el Athletic desde el pitido inicial. Con Nico Williams y Oihan Sancet de vuelta en el once, dos piezas claves de este equipo, cabía esperar un mayor control y verticalidad de los rojiblancos. Pero no había por dónde coger el fútbol de los bilbaínos, imprecisos con la pelota y menos intensos de lo habitual ante un Betis que olió sangre y oportunidad. Ernesto Valverde compuso un bloque de garantías pese a la suplencia de Iñaki Williams, con Ruiz de Galarreta y Prados en la sala de máquinas. Ninguno de estos dos últimos anduvo fino con el balón sobre todo el eibarrés, quien abrió el choque con varias entregas fallidas. Los primeros minutos eran como para comer cerillas, sin dueño ni propuesta alguna, hasta que los verdiblancos montaron un contragolpe de libro para abrir el marcador. Un pase de Berenguer interceptado por Altimira acabó en la banda derecha, donde Paredes no pudo frenar a Willian José. El delantero puso un centro magnífico que Chimy Ávila metió entre las piernas de Simón y adelantó a los sevillanos.
El Athletic recibió el gancho en el hígado y se dobló por la mitad. Dolía. Arriba no creaba peligro y abajo dejaba fisuras por las que el Betis metía sus balas. Los locales se sentían cómodos ante la escasa presión alta de los bilbaínos, marca de la casa que en el Villamarín brillaba por su ausencia. Entonces apareció Fekir con un centro desde la banda izquierda al que llegó Willian José. Unai Simón despejó su remate, pero rebotó en Yuri y se coló en la portería. 2-0 en un par de jugadas que desmontaron a los vizcaínos, incapaces de mostrar su mejor perfil. Y como las desgracias nunca vienen solas, un par de minutos después se autoexpulsó Nico Williams. Primero vio una amarilla por una falta, luego enseñó el dedo pulgar hacia arriba al árbitro y finalmente le aplaudió. Segunda tarjeta y a la calle. Venía caliente el menor de los hermanos porque estaba reclamando -él y sus compañeros- agarrón previo al segundo tanto del Betis. No supo controlarse y acabó en la ducha en la recta final de la primera parte. Y poco después, Yuri tuvo que pedir el cambio por lesión. Dejó su sitio a Imanol García de Albéniz.
Remate de Berenguer
El árbitro dio seis minutos de prolongación y luego otro más que aparovechó Guruzeta para marcar un golazo a la salida de un córner botado por Berenguer. El delantero metió la cabeza y batió por arriba a Silva. Su décimo gol en lo que va de Liga. Fue la mejor noticia de un partido que se puso negro para los intereses rojiblancos y llegó justo antes del descanso. Valverde tampoco quiso esperar mucho y dejó en la caseta a un desaparecido Sancet para dar entrada a Iñaki Williams. Tocaba buscar la remontada con uno menos y fuera de casa. Casi nada. También retiró poco después a Ruiz de Galarreta y a Prados -la Copa flotaba en el ambiente- y activó a Unai Gómez y a Dani García. Todos ellos vieron cómo instantes antes Berenguer acarició el empate con un remate que salió fuera por poco lamiendo la cepa del poste izquierdo de Silva. Es verdad que Unai Simón voló para evitar el tercero de Pezzella, una parada que sostuvo al equipo en el encuentro.
El Athletic intentaba estirarse, pero costaba hacerlo en inferioridad numérica. Imanol buscaba avanzar por su banda, asociándose con Iñaki Williams, sin encontrar la llave de la fortaleza. Entonces llegó el golazo de Johnny. El Betis fabricó una preciosa jugada coral, que transcurrió por la banda derecha de su ataque, y Fekir puso un balón de oro que el estadounidense enganchó desde fuera del área para batir a Unai Simón. Fue uno de esos lanzamientos que se abrían en su trayectoria y hacían imposible la estirada del meta internacional. Si la cuesta estaba ya empinada se verticalizó unos grados más, demasiado para salvar el desnivel con un hombre menos. Berenguer dispuso de un par de buenas ocasiones, pero cayó en sendos fueras de juego. No había nada que hacer. La Champions está a tres puntos. Cerca. Tranquilidad. Ahora emerge inmensa la Copa.
