Un punto en una gran noche de fútbol
El Athletic empata con el líder Girona en Montilivi con un bonito gol de Iñaki Williams, quien igualó el tanto de Tsygankov en un señor partido

lunes, 27 de noviembre de 2023 | Athletic Club
Robert Basic | aupaAthletic.com
El Athletic y el Girona han rendido un homenaje al fútbol este lunes en Montilivi. Un fútbol noble, intenso, vertical, alejado de la especulación y el engaño, limpio, contundente, emocionante y cargado de ocasiones. Solo se han echado de menos más goles porque ha habido oportunidades de sobra para ello, pero al final hubo que conformarse con los de Tsygankov e Iñaki Williams. Los rojiblancos jugaron un gran encuentro, perdonaron y fueron perdonados, pero en términos boxísticos podría decirse que los guerreros de Ernesto Valverde ganaron por puntos. Al final hubo que repartirlos, lo que deja a los bilbaínos de nuevo quintos, en la zona noble de la tabla y con sensaciones inmejorables.
Costaría mucho trabajo explicar el milagro del empate sin goles después de una primera parte fabulosa, jugada a un ritmo frenético, sin pérdidas de tiempo, sin parones, sin teatros, con ocasiones clarísimas en ambas porterías y un derroche físico digno de estudio. El Athletic salió a morder y lo hizo en manada, como los lobos, buscando la yugular de su presa. Al Girona le costaba un mundo mover el balón, dar tres pases seguidos, porque los rojiblancos eran una jauría hambrienta y atacaban enseñando los dientes. Tardaron apenas cinco minutos en fabricar una ocasión de oro y dejar a Guruzeta solo ante Gazzaniga. Vesga filtró un pase maravilloso para el delantero, quien no confió en su pierna izquierda y remató flojo con la derecha. Valverde no se lo podía creer, al igual que el banquillo. Solo era el preludio de lo que vendría después, un hermoso intercambio de golpes en el que saltaban chispas.
Con Dovbyk desactivado a última hora por un problema en el gemelo, Stuani se colocó en la punta del ataque del Girona. Respondió al aviso de Guruzeta con un cabezazo que se marchó fuera porque Lekue le había molestado lo justo para evitar que remate cómodo. Repitió poco después, pero Unai Simón voló y despejó su testarazo al córner. El Athletic ni se inmutó, siguió a lo suyo y volvió a cargar de peligro su fútbol. Primero Sancet se estrelló contra Gazzaniga y luego De Marcos, quien se encontró con un balón suelto en el área, mandó la pelota a la grada cuando tenía toda la portería para él. También Guruzeta se encontró con una buena respuesta del meta argentino, quien trabajaba sin parar y además hacía las veces del tercer central para ayudar en la salida del balón.
Savio era una pesadilla por el costado izquierdo, donde daba mala vida a De Marcos. Le costaba al capitán defender al brasileño, quien se le iba en una baldosa. Así llegó el gol anulado a Yangel Herrera por un fuera de juego previo clarísimo del extremo. Los rojiblancos jugaban sin complejos y Vesga probó desde fuera a Gazzaniga, quien desvió un trallazo del vitoriano al córner. Saltaban chispas entre dos rivales nobles, valientes, que jugaban al fútbol con velocidad, intensidad y veneno. Pese a ello, el marcador no se movió en unos primeros 45 minutos fantásticos.
Encajar y devolver
Solo era cuestión de tiempo que el marcador se movíera. Olía tanto a gol que la pelota acabó por entrar en la cazuela. Fue el Girona el que golpeó primero, por medio de Tsygankov. Los catalanes fabricaron una bonita acción colectiva que culminó con el pase de Savio al corazón del área. Buscaba a Stuani y encontró al ucraniano, quien no perdonó ante Unai Simón. El Athletic encajó el golpe, lo procesó rápido y se fue a por los gerundenses. Nico Williams libraba una batalla con Arnau, quien le dejó más de un recado, mientras que en la otra banda nada le salía a su hermano Iñaki. Hasta que salió. Los bilbaínos montaron una contra desde su propia área, la llevó Sancet y asistió al internacional de Ghana, quien recortó a Aleix y a Blind y batió por bajo a Gazzaniga. Precioso gol, sexto en su cuenta particular.
Valverde movió el banquillo en busca del premio mayor. No se conformaba. Tampoco el equipo. Quitó a Guruzeta, Nico Williams y Ruiz de Galarreta para dar entrada a Raúl García, Berenguer y Ander Herrrera. El partido se seguía jugando a un ritmo brutal, sin especulaciones. Perdonó Yangel Herrera y luego Raúl García, y de nuevo el venezolano la tuvo pero remató mal de cabeza en el corazón del área. Y qué providencial fue Vivian en el minuto 87 para tapar el tiro a bocajarro de Pablo Torre tras un jugadón de Savio. El choque terminó en el área de Simón, pero el luminoso no se movió. Un punto para cada uno. Merecidos. Ganados con sudor y mucho fútbol.
