¿Sabías qué...?

“Historias y anécdotas curiosas del Athletic”

Realizado por Bender


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Pacto entre extremos

Nicanor Sagardui Gonzalo, más conocido por "Canito", comenzó jugando al fútbol como delantero centro, por lo que toda su carrera como futbolista le quedó la "aficion" de subir al ataque siempre que veía la ocasión, aunque jugaba en la defensa. Pese a que el fútbol de los años 50 tenía menos preocuapciones defensivas que hoy en día ya se empezaba a pensar que los extremos tapasen a los laterales contrarios que subían al ataque. Canito por ello firmó un pacto de caballeros con Estanislao Basora, el mítico extremo del Barcelona. Según cuenta Canito, el azulgrana no le seguía cuando subía por la banda y Canito, a cambio, no le "pegaba" cuando conseguía rebasarle. Sin duda, los entrenadores de ambos no debieron ver muy bien dicho pacto, si es que llegaron a enterarse alguna vez.

El primer club continental en vencer a uno británico en las islas

Para que nada falte en la historia del Athletic, en 1959 se convirtió en el primer club continental en vencer a uno británico en las islas. El rival fue el Bronwich Albion, el resultado 1-2, y el gol británico marcado por Ronnie Allen, luego técnico rojiblanco. Y en el palco, orgulloso, se sentaba nada menos que Mister Pentland.

Un león menor de edad

De todos es sabido que Fidel Uriarte fue un prodigo goleador desde sus más tempranos años. De hecho, el Athletic "trucó" su ficha para que en 1962, un año antes de los dieciocho reglamentarios, pudiera debutar en primera división con la zamarra rojiblanca. Una persona, sin embargo, fue más perspicaz que el cuerpo técnico federativo: un portero del campo bético de Heliópolis, que al pretender Fidel acceder al campo un poco separado de sus compañeros le negó la entrada a los vestuarios: "Tu eres un chavalín, hombre. ¡Busca otro truco para colarte!". Tuvo que salir a la puerta del campo el delegado y un directivo para atestiguar que Fidel era un juvenil, si, pero también un "leon" de pleno derecho. De todas formas, no se crean que el portero se quedo aun así muy convencido.

Iribar y la Real Sociedad

Cuando Jose Angel Iribar jugaba en el Zarautz juvenil, los "ojeadores" de la Real Sociedad acudieron a verle. Iribar, sabedor de ello, jugó muy nervioso. Se desestimó su fichaje y él, descorazonado, recordó después que "en aquel momento, me ví más tornero que nunca", pues era el futuro que le esperaba de no conseguir triunfar.

El lenguaje de los porteros

Dentro de los grandes momentos que ha vivido Jose Angel Iribar, recuerda con especial cariño uno que no tuvo por escenario los tres palos: el homenaje que la afición bilbaina brindó sobre el cesped de San Mamés a Ricardo Zamora, Jose Angel Iribar y Lev Yashin antes de un encuentro del Torneo Villa de Bilbao. El pasado, presente y futuro de los porteros mundiales se unieron entonces, pues si Zamora fue el mejor del mundo en su tiempo, Yashin también lo fue en el suyo y estaba en el final de su carrera deportiva cuando el "Txopo" comenzaba a triunfar. La "araña negra" e Iribar mantuvieron entonces una conversación un tanto especial: Iribar habla castellano y euskera; Yashin, ruso y algo de inglés. Ambos charlaron animadamente, pero ninguno de los dos se enteró de nada. Su entendimiento era bajo los palos.

Iribar el "parapenalties"

Uno de los apelativos por los que siempre se le ha conocido a Jose Angel Iribar es el de "parapenaltis". Pero el apodo no nació como generalmente se cree en la selección estatal, pese a que en ella también se prodigó en la especialidad, sino cuando en el Torneo del Corpus de 1964, disputado en La Coruña, paró los cinco de una serie que le lanzo el Deportivo. El, sin embargo, siempre lo nego: "solo pare cuatro. El quinto dio en el poste". El primero se lo lanzó Escoláflojo, y lo paró; el segundo también lo lanzo Escolá, más fuerte, pero el "Txopo" volvió a ser una muralla infranqueable. El tercero lo lanzó Manín, colocado, y tampoco. El cuarto, de Gonzalvo, también a sus manos y el quinto, de Veloso, se fue al poste. Desde luego, teniendo a Iribar, el Athletic no debía preocuparse de ir empatando en una prorroga.

La camadería de los jugadores del Athletic

Casi todos los jugadores que han pasado por el Athletic de Bilbao hablan de que la camadería que se respira en el vestuario no tiene comparación con la que se vive en el resto de los clubes. De hecho, la relación continua aún después de abandonar el club del Botxo, como atestigua Antón Arieta que, fichado por el Hércules de Alicante, se vio en un encuentro en inmejorable posición para marcar ante Iribar, el que había sido su compañero durante tantos y entrañables años. Como buen profesional Antón marco el gol, claro esta, pero "después no lo celebré. Al marcarle el gol al 'Txopo' se me saltaron las lágrimas". Otro de los múltiples casos en que un jugador siente tan dentro de si los colores rojiblancos que puede llegar a anteponerlos a intereses particulares.

Iribar en "la batalla de Liverpool"

Uno de los mejores encuentros de su carrera lo jugó Jose Angel Iribar en la famosa "batalla de Liverpool". El "Txopo" estuvo durante dos horas de juego atajando sin cesar varios balones de los más peligrosos delanteros de Europa y, cuando al final del encuentro, la moneda dio triunfador al Athletic, se retiró del campo cabizbajo y se sentó solo en el vestuario. Cuando sus compañeros, en plena celebración, le preguntaron si le pasaba algo, el "Txopo" estalló: "¿Qué si me pasa?, ¿Pero vosotros os creeis que es forma de ganar tirar una moneda al aire?". No es que Iribar no estuviera feliz con el importantisimo triunfo. Es que hubiera preferido ganarlo sobre el cesped, demostrando poseer una buena dosis de casta y de orgullo.

Cuatro porteros en cinco partidos

El Athletic de Bilbao batió en la temporada 1965-66 un récord difícil de igualar en cuanto a la mala suerte, pues hubo de emplear nada menos que cuatro guardametas en cinco partidos,aunque todos ellos de una calidad extraordinaria. Los problemas empezaron cuando el "Txopo" Iribar se lesionó en los vestuarios tras jugar en Pontevedra (3-0) en la segunda jornada del campeonato de liga. El domingo siguiente, en San Mamés, y ante el Valencia (1-0) jugo Echeverria, que resultó también lesionado, pasando a jugar en Córdoba el joven Deusto (1-0). Su juventud le pareció excesiva al "Mister", Gainza, que hizo debutar a Zamora en casa ante el Atletico de Madrid (0-2), hasta que la recuperación de Iribar puso solución a los problemas de la portería rojiblanca.

Un partido para olvidar

El encuentro que el Athletic disputó en Córdoba correspondiente a la copa de 1967 merece pasar a los anales negativos de la historia del fútbol. Con el marcador 0-1, los andaluces marcan un gol que el árbitro, Birigay, anula por falta previa. En el mismo instante de pitarse el final del partido un grupo de "aficionados" apaga los focos del estadio y otro comienza a apedrear con cascotes y botellas a los leones. Pese a que se consigue salir del campo protegidos por la policia, la "pedrea" sigue en el autocar y Larrauri, Orue, Zugazaga y Etxeberria resultan heridos. El culpable: Marcel Domingo, entrenador local, que se situó en el segundo tiempo tras la portería de Iribar y se dedicó a azuzar al público contra los rojiblancos.

En pie de guerra con los extranjeros

A finales de los años sesenta, con el Athletic en pie de guerra contra extranjeros y, más aún, contra los oriundos, en ocasiones se era excesivamente puntilloso con el asunto de la procedencia. Así, cuando un jugador llamado Lazaro estaba a punto de firmar por el club de San Mamés, se descubrió que había nacido en Jaen, pese a residir desde su infancia en Ortuella y haberse hecho jugador allí. No se le fichó y, naturalmente, su desilusión fue terrible. El menor de sus hermanos, intentó consolarle diciendo: "No te preocupes. Como yo he nacido aquí no podrán echarme y jugaré por tí en el Athletic". Su nombre era Manuel. Y no era otro sino mas que Manolo Sarabia. La verdad es que en ocasiones el Athletic debiera haber sido mas indulgente, cosa que gracias a dios se ha ido solucionando.

El Athletic, cantera de técnicos

Pocos equipos tan "técnicos" habrá tenido el Athletic como el que disputó y ganó la copa del Generalísimo de 1969 frente al Elche: Iribar, Saez, Etxeberria, Aranguren, Igartua, Larrauri, Argoitia, Uriarte, Arieta II, Clemente y Rojo I. Además de la calidad individual de todos sus componentes, seis de ellos (Iribar, Saez, Aranguren, Uriarte, Clemente y Rojo) se han sentado en el banquillo, ya fuera en los equipos inferiores del Athletic, en el primer equipo o bien en equipos de primera división. Si a ellos añadimos a Nico Stefano y Koldo Aguirre, también en la plantilla bilbaina en aquellos años nos encontramos que pocas escuadras han reunido tanta "técnica" en sus filas. Y es que el Athletic aparte de la mejor cantera de jugadores, no se queda corto con los técnicos.

Entrenamientos con música ambiental

Los metodos que Milorad Pavic llevó al Athletic fueron muy distintos que los de Ronnie Allen, al que sustituyó tras el paréntesis de Artigas. Conocedor de que Allen era partidario de fuertes "palizas" físicas, Pavic decidió cambiar de estilo y así, en la temporada 1972-73, el Athletic realizó sus entrenamientos con música ambiental.

¿El negocio familiar o el fútbol?

Beti Duñabeitia tenía ya firmado un contrato con el Athletic, pero "en un partido contra el Plus Ultra fui a disputar el balón... y me desperté en el hospital. Mi abuelo vino a verme y me dio a elegir entre el negocio familiar o el fútbol". Beti no llegó a vestir la camiseta rojiblanca en el primer equipo, pero, en cambio, llegó a la presidencia del club.

Manolo Sarabia el recambio de Fidel Uriarte

Cuando la carrera de Uriarte tocaba a su fin, casi todos sus compañeros le comentaban, más o menos en serio, que tal o cual jugador le iba a quitar el puesto. Fidel, a la vuelta de un entrenamiento, señaló a un joven larguirucho del equipo juvenil diciendo: "El puesto me lo va a quitar ese". Estaba señalando a Manolo Sarabia.