Querer y no poder
E Athetic acsó e cansancio copero en e Nevo Zorria en n partido condicionado por as decisiones arbitraes.
lunes, 09 de febrero de 2009 | Liga 2008/09
Alazne Pilo | aupaAthletic.com
Se sabía ya que el equipo que íbamos a encontrar en Valladolid iba a ser uno marcado por el cansancio y el esfuerzo que hizo el miércoles en Sevilla. Aún así el Athletic empezó el encuentro con frescura y gozó de 15 minutos de oportunidades continuas, que no lograron aprovechar los delanteros del equipo. Las más claras fueron para Vélez, que parece estar peleado con el gol.
En el minuto 37, una desafortunada decisión arbitral pone al Athletic contra las cuerdas. El árbitro observa penalti en una acción entre Iraizoz y Sesma, cuando el portero fue a quitarle el balón de los pies al delantero. No le toca, pero árbitro y línea aprecian que sí y pitan la pena máxima. Aún así, Iraizoz no ha visto tarjeta de ningún color. Curioso. Víctor ponía por delante al Valladolid al marcar el penalti.
A partir de ese momento, el Athletic se ha venido un poco abajo, ante la incapacidad para marcar un gol antes del descuento y por el cansancio ya bastante acusado. Además, Ustaritz ha tenido que ser sustituido 3 minutos antes del descanso y Javi Martínez ha tenido que ser sustituido en el descanso por un desafortunado resbalón que le ha costado una lesión muscular.
La segunda parte ha comenzado con menor intensidad por parte de los dos equipos, y el que ha aprovechado esta oportunidad ha sido el Valladolid, que en el minuto 58 ha puesto el 2 a 0 por medio, de nuevo, de Víctor. El Athletic, que no tenía ya nada que perder, fue hacia arriba hasta que, 4 minutos más tarde, en el 62, el árbitro intentaba compensar el penalti de la primera mitad a favor del Valladolid y pitaba uno inexistente también a favor del Athletic. Llorente volvió a coger el balón, confiado a pesar de haber fallado el último que lanzó. Aún así, el delantero tiró al poste y el balón salió rechazado hacia atrás. Allí estaba Vélez, que enganchó un disparo a portería que acabó de rematar Orbaiz. Hasta 3 veces han tenido que tirar para que entrara, pero al final, el Athletic acortaba distancias y Orbaiz celebraba su reciente cumpleaños con un gol. A partir de ese momento, el Athletic ha intentado el empate por todos los medios, pero sin resultado.
El cansancio ha hecho mella en ellos y la impotencia ha sido palpable en los minutos finales del encuentro. El Valladolid también ha tenido sus oportunidades, pero unas veces los errores propios y otras Iraizoz, no aumentaron su cuenta goleadora. Si a la propia impotencia le sumamos las últimas decisiones arbitrales, en las que no vio un penalti sobre Vélez y reiteradas faltas, algunas de ellas bastante duras, de los jugadores vallisoletanos sobre los rojiblancos, el resultado es la acción final del partido.
En la jugada final, la última oportunidad del Athletic para empatar el partido, Sesma estorba y hace perder tiempo al portero rojiblanco. Ya sabemos de la personalidad y el carácter de Yeste, que se dirigió corriendo hacia el jugador y le propinó un empujón que le costó la segunda tarjeta amarilla, y por tanto, la roja. Esto no hubiera ocurrido, si el árbitro hubiese tomado cartas en el asunto muchos minutos antes, cuando los jugadores del Valladolid perdían tiempo y protestaban deliberadamente. Aún así, lo de Yeste fue una chiquillada propia del calentón del momento.
Llorente estuvo bastante desaparecido, y cuando esto ocurre, el equipo se resiente de arriba abajo. El que le acompañaba, Vélez, como tantas otras veces, sigue negado de cara a gol, falló un par de ocasiones manifiestas de gol, es lo que le sigue faltando.
Iraizoz estuvo muy inseguro, se le escaparon balones bastante comprometidos y fáciles de atrapar. La defensa parecido. El centro del campo empezó a desaparecer con la sustitución de Martínez, pues Yeste pasó a ocupar su lugar, y bien es sabido que no es muy bueno en esa posición.
De todas formas, el Athletic hizo lo que pudo, se vio en el campo, lucharon hasta el final. Lo mejor de todo fue la afición, 4.000 hinchas rojiblancos tomaron el Nuevo Zorrilla, y, aunque fueron 1.000 menos que la temporada pasada, de nuevo lograron que pareciera un mini San Mamés. No pudieron ver una victoria del equipo y encima pasaron mucho frío, pero seguro que mereció la pena.
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