EL CORREO recoge en un libro las fotos y la emoción de la Copa y la gabarra
Disponible desde este sábado. «Una afición de leyenda», publicado en colaboración con la Diputación, celebra aquellas jornadas en las que fuimos «una familia inmensa»

viernes, 21 de junio de 2024 | Athletic Club
Carlos Benito | aupaAthletic.com
Estrictamente, es un libro de historia, claro. Pero pocas veces un libro de historia ha mostrado tantos rostros felices y tantos gestos apasionados, como un retrato colectivo que inmortaliza nuestra mejor cara. EL CORREO ofrece desde este sábado en sus puntos de venta habituales 'Una afición de leyenda', un libro de 152 páginas publicado en colaboración con la Diputación de Bizkaia que aspira a sintetizar las jornadas inolvidables de la final de Copa y del recibimiento a la gabarra. Sus páginas atesoran tanto las pasmosas imágenes de aquellos días, con cientos de fotografías a todo color -aunque la mayoría de esos colores sean el rojo y el blanco-, como los sentimientos, un embriagador borbotón en el que se hermanaban la ilusión casi infantil, el orgullo compartido y, ay, también la nostalgia por todos aquellos que habríamos querido allí y nos faltaban.
Si se pudiesen representar las emociones de todos los vizcaínos en un gráfico, seguro que se dibujaban claramente dos picos de intensidad casi alarmante, como para acudir de inmediato al cardiólogo. Uno se fue elevando a lo largo de la jornada del 6 de abril para desmadrarse ya en la madrugada del 7, concretamente a las 0.47 horas, cuando Berenguer marcó el penalti definitivo en Sevilla. Y el otro se produjo el día 11 de abril, cuando tantos aficionados creyeron despertarse en un sueño, o soñar una realidad, o como se quiera traducir a torpes palabras aquella experiencia con la que tantas veces se había fantaseado y con la que tan cortas se habían quedado las expectativas. A muchos vizcaínos les encantaría haberse quedado a vivir en aquel 11 de abril, cuando un millón de aficionados se fundieron en un solo organismo sonriente, y el libro deja claro por qué: fuimos entonces «una familia inmensa de personas muy diversas», como describe en el prólogo la diputada general, Elixabete Etxanobe.
El volumen -«un recuerdo y un homenaje», en expresión del jefe de Deportes de EL CORREO, Ángel Pereda- es un reflejo de aquella festiva hermandad, con imágenes que nos parecerían increíbles si no las acabásemos de vivir: de lejos, en los planos más abiertos, se reconoce el paisaje de todos los días, las márgenes de la ría, las montañas que enmarcan el Botxo, pero todo ello transfigurado por una inconcebible multitud rojiblanca que se apretaba en la orilla a la vez que conquistaba balcones, azoteas, laderas, farolas y hasta grúas; de cerca, se distinguen miles de expresiones arrebatadas, miles de personas reconocibles, miles de vidas que se fundieron durante unas horas. Por supuesto, no faltan las estampas emblemáticas de los jugadores y de la comitiva de embarcaciones, ni tampoco las mejores fotografías de la propia final y de la arrolladora 'invasión' de Sevilla.
El libro, con un precio de 18 euros, está dividido en cuatro secciones, cada una con un amplio texto que relata los hechos pero, más importante aún, evoca aquel tesoro de sensaciones. Una de ellas abarca los días en que Bilbao abrió sucursal en la capital andaluza y la envolvió en bandas rojas y blancas: «Se parecía un poco al juego ese en el que hay que encontrar a Wally, pero al revés. ¿Hay algún sitio donde no esté Wally?», relata en esa sección el periodista Luis López, que destaca el ambiente «de sana camaradería, de tribu, de grupo unido por un vínculo que mezcla historia, mitología y filosofía». Otro apartado se centra en la final, y aquí es Jon Agiriano quien desmenuza el complejo estado anímico al que dio lugar la victoria, algo así como una exaltación conmovida: «Miles de aficionados lloraron, muchos de ellos con el recuerdo, tan vivo en ese preciso instante, de los seres queridos con los que no podían compartir un triunfo que habían esperado juntos tantos años, padres, madres, abuelos, hermanos, tíos y amigos con los que habían superado tristezas y desengaños sin perder nunca la esperanza», escribe Agiriano. Un tercer bloque sufre y goza la final desde Bilbao, incluido un San Mamés atestado donde se hizo tanto «teletrabajo», tal como lo formulan Miguel Pérez y Xabier Garmendia.
Finalmente, la parte más extensa de 'Una afición de leyenda' -que también incluye completas fichas infográficas de todos los 'héroes de Sevilla'- está dedicada al día de la gabarra, cuando se activó ese «lazo genealógico» que une a los seguidores del Athletic, como lo define Jesús Gómez Peña: «La mayoría de los hinchas rojiblancos o no habían nacido en 1984, cuando se ganó aquel título, o no tenían edad para recordarlo. Sabían de la gabarra de oídas, por el relato de sus padres y las imágenes grabadas de aquel gentío que hacía de zócalo en las dos orillas de la ría. Los más jóvenes tenían nostalgia de algo que no habían vivido», plantea. Y, aunque ahora a lo mejor se nos olvida, era exactamente así: la historia de aquella penúltima gabarra, que durante tantos años fue la última, empezaba a adquirir ya la consistencia vacilante de las leyendas, y había que acudir a las fotos de aquel día para reafirmar los perfiles desdibujados del recuerdo, fuese propio o heredado.
Esperemos que el porvenir no sea tan puñetero como para hacer otra vez la misma gracia, que no haya que esperar hasta un incierto 2064 para sacar otra vez la gabarra del dique seco. En el peor de los casos, este libro serviría como medicina de urgencia para los inevitables accesos de añoranza, pero en realidad el despliegue de recuerdos gloriosos también puede verse como un estímulo para acelerar las cosas: ¡algo tan chulo hay que repetirlo cuanto antes!
