¡AsÃ, asÃ, asà gana el Madrid!
Mñiz Fernández se erige Ãder de partido y echa a traste todas as oportnidades rojibancas
lunes, 16 de marzo de 2009 | Liga 2008/09
Alazne Pilo | aupaAthletic.com
Vergüenza, injusticia, impotencia, rabia... hay un sinfín de apelativos que podríamos darle al partido de ayer en La Catedral. Porque eso fue lo que hizo el árbitro, sacarnos de nuestras Casillas, valga la redundancia. El tema es que a los 5 minutos de partido, Koikili e Iraola ya tenían una tarjeta amarilla, mientras Lass y Huntelaar daban manotazos y hacían lo que querían al ver que el colegiado les daba manga ancha. La afición ya comenzaba por entonces a cantar fuera, fuera. No sabíamos la que nos esperaba.
La cosa se complicó cuando Robben puso por delante a los madridistas a los 20 minutos de partido. Hubiese sido un mal menor si 9 minutos después, Muñiz no se hubiese inventado una falta que desembocaría en el segundo gol del Madrid.
Las cosas se pusieron muy cuesta arriba para el Athletic, pero el equipo tiene coraje y mucho valor, así que 2 minutos después, Heinze empujaba un balón hacia su propia portería y recortaba distancias. No obstante, en la celebración del gol vendría la hecatombe arbitral que condicionó el resto del partido. Yeste cayó en las provocaciones de Casillas, que protestaba por haber seguido una jugada en la que Sneijder estaba en el suelo y le empuja. Casillas, que ha aprendido muy bien de sus compañeros se tira al suelo y se agarra la cara como si le hubieran dado con una barra de hierro en ella. El árbitro solo quiso ver la segunda parte de la acción, el empujón de Yeste y le sacó tarjeta roja, dejando al equipo con uno menos durante más de una hora. A partir de ahí los ánimos se han encendido mucho más si cabía, aunque el Madrid siguió haciendo lo que quiso visto que el árbitro no les castigaba nunca.
El Athletic, que puso todo su corazón, logró empatar el partido al filo del descanso, cuando Casillas se “come” un cabezazo de Llorente. Aún con uno menos, el brillo de la esperanza volvió a aparecer por San Mamés. La segunda parte ha consistido en un despropósito tras otro y ha resultado imposible ganar el partido.
Con 6 de los 10 jugadores que estaban sobre el terreno de juego amonestados, el Athletic ha estado muy limitado, sabiendo que no podían hacer ninguna jugada peligrosa y conociendo que si las hacían, les iba a expulsar, tal y como dijo repetidas veces el colegiado a Ocio y Amorebieta. Nada más comenzar la segunda parte, el Madrid volvía a dar otro golpe de la mano de Huntelaar.
El Athletic se ha visto desbordado por el Madrid y por la actuación arbitral que ha conseguido desquiciarles y alejarles de su propósito de otra remontada. En el 60, otra vez Huntelaar ha sentenciado el partido al marcar el cuarto gol para la cuenta del equipo merengue. Entre medias y después de esto, Muñiz se ha acercado al banquillo y ha expulsado a Ion Vélez, por decir “Vaya malo que eres cabrón de mierda” tal y como recoge el acta y al segundo de Caparrós, Luci Martín por "protestar airadamente con los brazos en alto, saliendo del área técnica, haciendo gestos despectivos sobre una decisión mía". Increíble. Para poner la puntilla, a 6 minutos del final, el colegiado, no contento con el rumbo y el resultado del partido, ha pitado un penalti inexistente de Iraola a Marcelo. La Catedral, puesta en pie, y tras todo el sufrimiento durante 90 largos minutos, le ha aplaudido como se aplaude a los bufones y payasos de un circo mundial. Higuain fue el héroe que marcó el quinto para el Real Madrid.
Los minutos finales han sido como una fiesta para la afición, que ha intentado camuflar toda la rabia e impotencia animando al equipo. A nada nos llevaron los gritos, los insultos, las quejas y los reproches, así que en un intento de hacer ver al equipo que seguimos aquí, que apreciamos su grandioso esfuerzo y que esto no ha sido más que una pequeña herida y que nos levantaremos de nuevo, San Mamés ha coreado el nombre del Athletic tan fuerte como el pasado 4 de Marzo.
Sin duda, ha sido lo mejor de todo el partido. La pena es que los peñistas, que vinieron desde todos los rincones, incluso desde fuera de España, no pudieron llevarse un mejor recuerdo de este partido. Aunque estoy segura, de que pasaron un bonito día al margen del partido. El sentimiento por este club no tiene límites ni fronteras, es algo de lo que no pueden presumir muchos clubes.
Ahora, llega la hora de pensar en Villarreal, aunque sí creo que Macua debería dar un puñetazo encima de la mesa, como ya hicieron otros presidentes de otros clubs, para que dejen de reírse de nosotros de una vez por todas y para que dejemos de ser los tontos de turno.
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