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Peña Athletic Club de Zalla

Juego sucio contra el Athletic

miércoles, 11 de abril de 2007 COMUNICADO DE LA AGRUPACIÓN DE PEÑAS DEL ATHLETIC CLUB La Agrupación de Peñas del Athletic Club quiere salir al paso de la mezquina campaña emprendida por determinadas personas relacionadas con el mundo del fútbol, en la que, una vez más, se acusa al Athletic de recibir favores arbitrales por el mero hecho de ser el club en el que militó el actual presidente de la R.F.E.F., Ángel María Villar. Consideramos que esta nueva campaña de guerra sucia, avivada al calor de las cobardes e injustas declaraciones de Quique Sánchez Flores (¿repasamos las estadísticas de Mejuto?), tiene como único objetivo crear un clima de sospecha en torno al Athletic y condicionar la labor de los colegiados en la decisiva recta final del campeonato. Se trata, en definitiva, de intentar predisponer a los trencillas para que, ante la duda, se lo piensen dos veces antes de tomar una decisión que pueda ser interpretada como una ayuda arbitral al club rojiblanco. En este sentido, resulta particularmente patética la memoria selectiva y la actitud ventajista de la que han hecho gala el consejero del Betis, Gregorio Conejo, y los técnicos del Levante, Abel Resinos y Juan Sabas. El directivo verdiblanco no tuvo escrúpulo alguno en denunciar los presuntos favores arbitrales al Athletic, a pesar de reconocer que no vio el partido del pasado sábado. Con una desfachatez insultante, el señor Conejo obvió que su Betis se vio claramente beneficiado en su última visita a San Mamés por los errores de Daudén Ibáñez, que escamoteó tres penaltis claros al conjunto bilbaíno. Y se olvidó también de la rastrera y provechosa campaña del señor Lopera para condicionar el arbitraje de la semifinal de Copa que enfrentó a ambos equipos hace tres temporadas. Del mismo modo, resulta esperpéntica la fragilidad de memoria de los responsables técnicos del Levante, cuya interesada amnesia les impide recordar los dos penaltis (sobre Javi Martínez y Amorebieta) que se tragó Medina Cantalejo en el choque que disputaron granotas y rojiblancos en el Ciudad de Valencia. Tanto es así que el defensa local Manolo, en un gesto de sinceridad, no tuvo reparo alguno en manifestar que cometió un «un penalti clarísimo». No nos inventamos nada, está en las hemerotecas. A propósito, aquel día Abel Resinos no se quejó del colegiado, como tampoco lo hizo la jornada que su equipo ganó en el Bernabeu. ¿Se acuerdan de aquel arbitraje? Somos conscientes de que una mentira mil veces repetida puede acabar pareciendo una verdad. Pero, en este caso, creemos que la realidad es harto elocuente. En los casi 20 años que Ángel María Villar lleva al frente de la R.F.E.F, el Athletic Club no ha ganado un solo título ni ha accedido a final alguna. Estamos convencidos de que nuestro club no sólo no tiene un trato de favor por parte del estamento arbitral sino que está sucediendo justamente al revés, muy posiblemente por la influencia de esta falaz campaña. Entre tanto, nuestro jugador Carlos Gurpegi afronta la sanción más dura que se haya impuesto jamás a un futbolista en Europa, tras un proceso plagado de irregularidades más propias de una república bananera; el Athletic es despojado del liderato de la Superliga femenina por una incomprensible decisión del CEDD contraria al reglamento y a la propia jurisprudencia existente al respecto; los recursos planteados por nuestra Junta directiva ante los diferentes comités de apelación son sistemáticamente desestimados… ¿Dónde está ese supuesto trato de favor al Athletic? Por último, queremos manifestar nuestro malestar con la manera de proceder de determinados medios de comunicación, que parecen empeñados en echar más leña al fuego sobre este asunto, manipulando ciertas informaciones y dando pábulo a las injustificadas acusaciones de quienes quieren colocar al Athletic al pie de los caballos. En este sentido, emplazamos a dichos medios a que actúen con criterios más objetivos y con mayor responsabilidad, al tiempo que nos ponemos a su disposición para zanjar esta polémica gratuita con argumentos (y no con sofismas) sobre la mesa.