Aritz Aduriz conquistó el corazón de los athleticzales zallarras

Ni la lluvia ni el frío pudieron empañar el acto de entrega del Trofeo Corazón de León 2013, que tuvo lugar el pasado 20 de noviembre en el local social de la Peña Athletic Club de Zalla. No en vano, el jugador galardonado en esta décima edición estuvo a la altura del acontecimiento y se ganó el corazón de los numerosos aficionados que acudieron a la cita con su permanente sonrisa y su buena disposición para atender los continuos requerimientos de la chavalería. Ni que decir tiene que esta vez los socios de la Peña Zalla acertaron de pleno al otorgar a Aritz Aduriz un trofeo que premia precisamente a aquellos leones que más se identifican con los valores que representa el Athletic.
El acto contó con la presencia de los directivos Alberto Uribe-Echevarria y Silvia Muriel, que acudieron a Zalla en compañía de Koldo Aguirre y José María Argoitia, dos viejas glorias del club rojiblanco que no fallan a su compromiso anual con la afición encartada. Junto a ellos se dieron cita el alcalde de Zalla, Javier Portillo, el concejal de Deportes, Luis Martínez, y representantes de la Federación de Peñas del Athletic Club.
Felisina Ariño, la abuela de la Peña Zalla, fue la encargada de entregar el trofeo a Aritz Aduriz al término del tradicional aurresku de honor. Acto seguido, el delantero donostiarra y sus acompañantes respondieron a las preguntas de los athleticzales que se apiñaban en el interior de la sede social de la peña, en un animado coloquio en el que salieron a relucir temas como la injusta sanción impuesta a Aduriz, el buen arranque liguero de los leones, las metas para esta temporada, el nuevo San Mamés o la pujanza de las camadas de cachorros que vienen pidiendo paso desde abajo.
En el curso del coloquio, varios de los presentes resaltaron también algunas de las virtudes que, a su juicio, han convertido a Aritz Aduriz en uno de los jugadores más queridos por la hinchada zurigorri. En este sentido, hicieron referencia a valores como la humildad, la cercanía a los aficionados, la entrega en el campo y la identificación con los colores, que le han hecho acreedor con todo merecimiento a este décimo Trofeo Corazón de León.