El Barsa gana la Copa y la afición rojiblanca conquista el corazón del fútbol
No pudo ser. El vendaval azulgrana se llevó las ilusiones deportivas de una afición que volvió a demostrar nuevamente que es, sin duda, la mejor del mundo. La Copa reposa ya en las vitrinas del Barcelona, pero el maravilloso testimonio de la hinchada rojiblanca ha conquistado el orbe (las imágenes se pudieron ver en multitud de países) y engrandece la leyenda de un club que sigue haciendo historia. La postrera escena de las rutilantes estrellas del Barsa aplaudiendo a los seguidores del Athletic lo dice todo. El fútbol, encarnado como nadie por el nuevo ‘dream team’ blaugrana, se ha rendido a sus pies.
Ni en nuestros mejores sueños podíamos haber imaginado un mejor comienzo. El aspecto y el ambiente de las gradas, mayoritariamente rojiblancas, era sencillamente impresionante. Y para el minuto 9, el Athletic se ponía por delante en el marcador gracias a un testarazo de Gaizka Toquero, que envió a la red un saque de esquina perfectamente botado por Fran Yeste.
Hasta entonces, el partido había discurrido bajo el signo del equilibrio, con un Barsa incapaz de imponer su fútbol de fantasía ante el generoso despliegue físico de los de Joaquín Caparrós. Pero, paradójicamente, el tanto de Toquero tuvo también un efecto negativo en los pupilos de Caparrós, que empezaron a padecer el vértigo de quien teme perder algo por lo que ha venido suspirando largo tiempo. De repente, la ansiedad y la presión cargaron de plomo las piernas de los rojiblancos, que se enfrascaron en una misión imposible: resistir el huracán azulgrana persiguiendo rivales y renunciando al balón, que pasó a ser monopolio exclusivo del Barsa.
EL HARA-KIRI DE CAPARRÓS
En realidad, el comportamiento autodestructivo de los leones tenía su origen en el planteamiento suicida de Caparrós, que ordenó a sus jugadores presionar por todo el campo a los virtuosos artistas del ‘dream team’. El Barsa tuvo algunos problemas para superar esa estrategia en los compases iniciales del choque, mientras el ardor y el fuelle del Athletic permaneció intacto, pero era cuestión de tiempo que acabase hincando el diente a un rival que rehusaba sistemáticamente a mantener la pelota en su poder, salvo que ésta cayese por mera casualidad en los pies de Fran Yeste. Posiblemente, el técnico de Utrera no asistió a clase cuando Guus Hidink enseñó la manera, quizás la única, de frenar al mejor equipo del mundo en la actualidad.
La imagen de Toquero presionando la salida de balón de los culés a escasos diez metros de la portería catalana ilustra a la perfección la magnitud del despropósito táctico de Caparrós. Pinto sacaba en corto con la mano a los dos costados del área para que sus defensas iniciasen el ataque, tras superar con apenas dos o tres toques la presión adelantada de los rojiblancos. La primera barrera de contención dispuesta por el técnico de Utrera quedaba así atrás y los zagueros azulgranas encontraban el terreno despejado para salir con el balón jugado. En vez de juntar filas para cerrar huecos e interceptar las líneas de pase interior de los de Guardiola, el Athletic dejó un amplio espacio en la zona ancha para que Xavi y compañía maniobrasen casi a placer. El Barsa tocaba y tocaba con paciencia mientras maquinaba su primer asalto al portal de Gorka.
El principio del fin llegó pasada la media hora, cuando el central Touré Yayá se fue de la presión de Toquero y no encontró apenas oposición para acercarse a la frontal y lanzar un zapatazo que se coló junto al poste. Buen gol y feo gesto del marfileño, que dedicó un corte de mangas a la afición rojiblanca. De ahí hasta el descanso, el Athletic logró mantener el tipo a trancas y barrancas, pero el desgaste acumulado por jugadores como Javi Martínez o Toquero, que se hincharon a hacer kilómetros en su afán por estar en todas partes, iba a pasarle factura en la segunda mitad.
Caparrós no rectificó en los vestuarios y envió a su equipo directamente al cadalso. El Athletic seguía intentando presionar en toda la cancha, seguía dejando amplios espacios entre líneas y seguía renunciando al balón. Para colmo, pronto se vio que no era la noche de hombres importantes como Llorente, Orbaiz o Iraola, superados mentalmente quizá por la trascendencia del acontecimiento. Antes del cuarto de hora de este segundo tiempo sucedió lo que en tales circunstancias parecía inevitable. A los 10 minutos, Messi adelantó al conjunto catalán, e instantes después Bojan anotó el tercero asestando lo que se antojaba como una estocada casi definitiva para los bilbaínos.
La afición del Athletic sacó fuerzas de flaqueza y trató de empujar al equipo por la senda de la épica, pero no hubo amago alguno de reacción. A los rojiblancos les seguía quemando el balón en los pies y daban síntomas de empezar a acusar el desgaste físico del primer periodo. El Barsa era un vendaval que azotaba inmisericorde las ilusiones del viejo rey león. Caparrós, que segundos antes había puesto en liza a Susaeta por David López, incorporó toda la artillería que le quedaba en el banquillo. Ion Vélez y Joseba Etxeberria entraron por Toquero y Orbaiz, con lo que Yeste centró su posición para acompañar a Javi Martínez en el doble pivote.
Los cambios acabarían dando un poco más de empaque al equipo, pero para entonces Xavi ya había marcado el cuarto tanto del Barsa al ejecutar con gran maestría un golpe franco directo. La suerte estaba echada. Aun así, el Athletic, que no se había aproximado a los dominios de Pinto desde el gol de Toquero, pudo en última instancia maquillar el resultado en una falta botada por Yeste que Javi Martínez cabeceó fuera y en una excelente cabalgada de Susaeta por la izquierda que no encontró rematador.
... UN GRAN TESORO
Tras el pitido final, las emociones se desbordaron. Para el recuerdo quedarán las lágrimas de los jugadores, la estampa del capitán Joseba Etxeberria desplomándose desconsolado sobre el césped, la impresionante reacción de la marea zurigorri ovacionando al equipo y coreando el “Athletic beti zurekin”, el bonito gesto de los astros blaugranas aplaudiendo a la hinchada rojiblanca en señal de reconocimiento…
Personalmente, me queda también la sensación de que el Athletic pudo dar bastante más de sí en esta final. En cualquier caso, la experiencia de la Copa ha servido para extraer algunas conclusiones de capital relevancia para el presente y el futuro del club. Se ha confirmado, por ejemplo, que el equipo tiene todavía un amplio camino por recorrer para rendir conforme al potencial que se supone a este grupo de jugadores; que el ciclo de Joaquín Caparrós en Bilbao está agotado (parece obvio que el equipo no puede crecer más con la propuesta futbolística que plantea el técnico andaluz); que la credibilidad de la Junta directiva ha vuelto a quedar en entredicho, fundamentalmente por su esperpéntica gestión en el tema de las entradas; y que la afición rojiblanca está hecha de otra pasta.
Y es que, al margen de su singular filosofía y de su brillante historia, el Athletic seguirá siendo uno de los grandes mientras mantenga el fervor de una hinchada incomparable, que apoya incondicionalmente al equipo tanto en los buenos como en los malos momentos. Cerca de 40.000 seguidores en Valencia, más de 300.000 colapsando los puntos neurálgicos de Bilbao, decenas de miles echándose a la calle en todos los pueblos de Bizkaia y en cualquier rincón donde late un corazón rojiblanco... Si el Barsa tiene la Copa por ser, hoy por hoy, el mejor equipo del mundo, el Athletic tiene un tesoro por contar con esta afición.
ATHLETIC: Iraizoz, Iraola, Aitor Ocio, Amorebieta, Koikili, Yeste, Javi Martínez, Orbaiz (Joseba Etxeberria, min. 61), David López (Susaeta, min. 56), Toquero (Ion Vélez, min. 61) y Llorente.
BARCELONA: Pinto, Dani Alves, Piqué, Touré Yayá (Sylvinho, min. 89), Puyol, Busquets, Xavi (Pedro, min. 88), Keita, Messi, Bojan (Hleb, min. 84) y Eto'o.
GOLES:
1-0 Min. 9: Toquero remata de cabeza en el segundo palo un córner perfectamente botado por Yeste.
1-1 Min. 32: Arrancada de Touré Yayá que culmina el propio jugador con un latigazo desde la frontal.
1-2 Min. 55: Iraizoz desvía con apuros un chut de Eto'o y Messi recoge el rechace para marcar de certero disparo.
1-3 Min. 57: Internada de Bojan que bate a Iraizoz con un toque sutil ajustado al palo.
1-4 Min. 64: Lanzamiento de falta desde la frontal que ejecuta magistralmente Xavi introduciendo el balón por la escuadra.
ÁRBITRO: Luis Medina Cantalejo, del Comité Andaluz. Bien.
Por parte del Athletic amonestó a David López (min. 31) y Koikili (min. 36), y por el Barcelona a Touré Yayá (min. 22), Messi (min. 50) y Keita (min. 50).
INCIDENCIAS: Partido final de la Copa disputado en el estadio de Mestalla ante más de 50.000 espectadores, con clara mayoría rojiblanca en las gradas. Temperatura agradable, terreno de juego en buenas condiciones y ambiente indeible en el viejo coliseo valencianista.
Como era de esperar, la afición rojiblanca estuvo sencillamente espectacular, tanto a la hora de animar al equipo y celebrar el gol de Toquero como a la conclusión del encuentro, cuando reconoció la victoria azulgrana y ovacionó el esfuerzo de los leones a lo largo de todo el torneo.
En el curso de la segunda mitad, un espectador situado en la zona rojiblanca lanzó un objeto que impactó en la cabeza de Dani Alves, acción que fue recriminada por los aficionados del Athletic, que contribuyeron a la inmediata localización e identificación del agresor.