A POR ELLOS.
viernes, 27 de febrero de 2009
En la final contra el Barcelona, al saltar al campo, miramos a la grada y nos dijimos a nosotros mismos: 'no podemos perder, mira la gente que hay'. Esta frase fue pasando de boca en boca por todos los jugadores". Así recuerda Iñigo 'Rocky' Liceranzu los instantes antes de comenzar el compromiso que dio lugar al último título de Copa del Athletic hasta la fecha. Es la imagen del compromiso. De la responsabilidad. Un año más tarde, según comentó en tono distendido, "nos despistamos un poco más, como era contra el Atlético todo era rojiblanco y no sabíamos quiénes eran de los nuestros".
Al entonces central bilbaíno le tocó lidiar con el que para muchos ha sido el mejor jugador de la historia, Diego Armando Maradona. "Clemente me mandó coger a Maradona junto a De Andrés. Todavía estaba reciente lo de Goiko y quiso evitar el roce con él", explicó. Y, acto seguido, agregó orgulloso: "No le deje rascar bola, llegaba siempre antes".
También tiene fresco el duro cruce de semifinales. Frente al Real Madrid. "Me acuerdo que a Sarabia, con el esfuerzo, se le acabaron subiendo los gemelos. Nosotros le decíamos: 'Manolo, quédate quieto y no te metas en fuera de juego. La verdad es que fue un partido durísimo", subrayó. Todo el torneo, en general, fue muy exigente. De manera que Javier Clemente les dio cincuenta días de vacaciones tras el doblete.
En la derrota por 2-1 de la siguiente campaña, ante el Atlético, influyeron muchos factores. En primer lugar, el colegiado, que "el penalti que pita no es mano, sino que el balón pega en el larguero y se va fuera", reivindicó. El travesaño, que evitó un tanto bilbaíno. "Pegué un cabezazo al larguero que de haber entrado hubiera sido el 1-1, pero el balón botó en la raya", reconoció. Liceranzu, fruto de la desesperación ante el doblete de Hugo Sánchez, le hizo una entrada que le mandó al vestuario en el minuto 89: "Fue la patada de la impotencia".
Aunquehubo más detalles antes de eso. "Ellos jugaban al contraataque. A alguno de los córners, con 0-0, yo no subía al remate porque como no acabases la jugada te pillaban a la contra. Aún así, en la primera parte les asfixiamos pese a acabar con 1-0 a su favor y en la segunda, entre el esfuerzo y el calor, nos asfixiamos nosotros. Ese fue el principio del fin. También influyó que desde que acabó la Liga estuvimos dos o tres semanas sin competir hasta la final. Eso, físicamente, nos vino muy mal", relató.
Por último, y a modo de consejo para el reto actual, desveló parte del secreto de su éxito. La relajación en los momentos previos al choque. "'Piru', que era el delegado entonces, nos hacía jugar a 'la raya', el que dejaba la moneda más cerca ganaba. Decía que era para distraernos", indicó. En esta tarea también fue importante la labor del masajista de aquel equipo: "'Birichi' también hacia ese otro trabajo antes del partido. Se ponía una venda en la cabeza con mercromina a modo de sangre y cantábamos una canción. Parecía el 'Club de la Comedia'. Hasta media hora antes del partido, cuando empezábamos a calentar. Ahí cambiaba la cosa"
ROKI LICERANZU.