Escudo de Peña Leones de Barcelona

Peña Leones de Barcelona

AUPA ATHLETIC

miércoles, 28 de enero de 2009 Puede que sea una lectura exagerada, una percepción excesiva, pero es lo que está en el ambiente, la sospecha que recorre el inquieto mundillo rojiblanco: esta noche, en El Molinón, a las 21 horas, con 11 grados de temperatura, un viento del Oeste de 25 kilómetros por hora y una lluvia casi segura según las últimas previsiones, el Athletic se juega la temporada. O al menos gran parte de ella. Lo hará, por supuesto, con el traje de etiqueta de su once de gala, al que se supone motivado como nunca y lleno de energía tras su descanso del fin de semana. No hace falta insistir en la importancia del partido. El pase a semifinales es una necesidad básica que, salvo hecatombe en el partido de ida de las semifinales, permitiría a la hinchada bilbaína seguir alimentando el sueño de la Copa al menos hasta el 4 de marzo, fecha del encuentro de vuelta. Y de eso se trata: de poder disfrutar de una eliminatoria así, tan llena de emoción, contra un grande como el Valencia o el Sevilla y con la perspectiva de alcanzar una final 24 años después. Caer eliminados ante el Sporting, por el contrario, sería un varapalo tremendo. Quedaría mucha Liga por delante, es cierto, pero a la afición -y presumiblemente también al equipo- le costaría mucho volver a ilusionarse de verdad con un reto atractivo. Sería complicadísimo quitarse de encima la losa del fatalismo y espantar a los fantasmas que reaparecerían en el acto.